miércoles, 27 de abril de 2011

Caldo de pollo para mi alma negra


La foto no salió de aquellas,
pero la sopa si.

Me siento rara. Estoy entre el azul y azul cielo…un azul profundo, oscuro, Índigo. El que te llena el alma de una pesadez incomoda. Trato de mover mi ánimo al azul cielo, con las esperanzas de la maldita primavera, aunque pase ligera.

Le comente a la viejita que me sentía rara, – “Tómate un té” me dijo. Entré a la alacena y me trepé en la escalera para poder alcanzar las repisas de arriba. Una serie de frascos llenos de remedios caseros me agobiaron la vista, encontré: Hoja de Manzo, muy bueno para cicatrices, úlceras gástricas, Boldo para el hígado, Té de media noche que supongo no requiere de explicación, Valderiana para el nerviosismo, migraña e insomnio.

Té de manzanilla, hierbabuena…pero, no vi por ningún lado el remedio para calmar el malestar que se siente cuando ni siquiera recibes una llamada para decir – “Gusto en conocerte”.

Tampoco está el mejor alivio para callar las dudas que invaden de vez en cuando al dejar caer la cabeza a la almohada.

Y por ningún lado había té para evitar la humillación.

El otro día, dije en voz alta y con mucho orgullo que ya sabía hacer caldo de pollo. Soltaron la carcajada y me sentí humillada, estaba en una mesa llena de mujeres, y aunque jóvenes -mucho más joven que yo- eran ya señoras con un promedio de 2.5 chamacos. Supongo que eso de hacer caldo de pollo era una papa para ellas. Una de ellas, con el .5 en sus brazos dijo – “Qué chistosa, jajaja”. Sonreí muy a fuerzas y prendí un cigarro frente al bodoque. La mamá me peló los ojos y me dijo indignada: -“El cigarro nos hace daño”.
A lo que respondí, volteando a la ventana con un aire de indiferencia: -“Tómate un té”.

Dudo mucho que sea la única en Tijuana que no sabe hacer caldo de pollo, además esta rico. Mucho mejor que la olla de cilantro que pudiera hacer la joven doña.

Y esta receta lleva curry, que cuando se está haciendo llena la cocina con un olor riquísimo. En especial si es un día nublado, el calor de la cocina te ayuda a mejorar tu ánimo. La lata es cortar en cuadritos la zanahoria, el apio y la cebolla. Ash! La cebolla! Lloraba y lloraba, después de un rato no sabía si lloraba por la cebolla o por mis penas.

La receta la tome del blog de Chez Pim y en sus fotos toda la verdura se veía perfectamente cortada, todo del mismo tamaño. Yo no tengo esa habilidad, pero igual me supo rico, muy bueno. Ya que agarré mas confianza le agregué fideos, y quedo todavía mejor.

Excelente para estar acurrucada en cama viendo episodios viejos de I Love Lucy en la tele, esperando que llegue mi amante francés. Oui.

Caldo de Pollo
(Tomado del blog Chez Pim)

Ingredientes
1 4-5lbs pollo entero
1 cebolla blanca grande o 2 chicas, picada
3 apios, picados
2 zanahorias, picadas
2 cucharads de aceite de oliva o de mantequilla
1 cucharadita de curry en polvo
sal y pimienta al gusto
agua

Preparación
Se calienta el aceite o mantequilla en una cazuela lo suficientemente grande para el pollo entero, yo prefiero usar fajitas de pollo.

Se agrega la cebolla y se deja hasta que este traslúcida y un poco café y caramelizada.

Se agrega el apio y las zanahorias hasta que las zanahorias estén un poco suavecitas.

Se agrega la cucharadita de curry (a veces le pongo 2) y se guisa por 1 minuto, se revuelve para que no se queme y no se pegue a la cazuela. El pollo se agrega, si es entero se coloca con la pechuga hacia arriba. Se llena la cazuela con suficiente agua para cubrir el pollo. Se cierra la tapa de la cazuela hasta llegar a hervir. Después se quita la tapa y con una cuchara se le quita la espuma que se forma arriba, se vuelve a tapar. No cierres la cazuela por completo, déjala un poco ladeado para ventilar.

Se deja cocinando por 1 hora. Después de la hora, el pollo ya debe estar listo. Se saca de la olla y se coloca en un plato grande. Se separa el pollo de los huesos. Se apartan los huesos y se depositan en un colador grande y se coloca dentro de la olla de nuevo. Esto es porque es más fácil de sacar los huesos de la sopa ya que se le extrajo el sabor.

Se cocina a fuego lento por una media hora más. El pollo se corta en pedacitos y se sazona con sal y pimienta al gusto. Después de la media hora se saca el colador con los huesos del caldo y se tiran, ya que se les sacó todo el sabor ya no sirven.

Se regresa el pollo sazonado y en pedacitos a la olla y se vuelve a calentar a fuego lento. Ya calientito de nuevo se apaga la lumbre y se sirve. ¡Listo!