miércoles, 5 de agosto de 2009

El brownie perfecto


No hay nada más peligroso que una charola de brownies viéndote desde la cocina a las 2 de la mañana. Les juro que podía escuchar el canto de sirena llamando mi nombre: “Maaagdaaaa” “Maaagdaaa, ven a miiii”. Me levante de mi cama sin pensar, solo viendo ese cuadro de chocolate con una que otra pizca de nuez, su capa de chocolate quebrada y crujiente en las orillas, su centro, un cojín suave de chocolate.

Quedamos frente a frente, yo inmóvil viéndolos fijamente, ellos con la seguridad de ser deliciosos, no bajaban la mirada. Ah! Saber el poder que tienes sobre la gente ha de ser increíble. Uno. Dos. Tres brownies en un par de minutos…..creo que perdí el conocimiento porque lo que recuerdo después es la leche fría en mis manos.

No hay nada más peligroso que una charola de brownies llamándote a las 2 de la mañana, hasta que te topas con Pepito.

Pepito es un french poodle blanco, dueño de Cristina. Él manda, Cris solo sugiere nunca se atreve a ordenar, por lo general Pepito la ignora. Decenas de anécdotas flotan en las reuniones de Cris, Pepito siempre es la estrella de x o y historia. Y su insolencia me parecía chistosa hasta que me toco a mí.

La tarde del sábado Pepito y Cristina fueron los anfitriones de una carne asada, no sabía que llevar así que decidí ir al mercado y ver que ingredientes encontraba, una bolsa de chispitas de chocolate me guiñó el ojo, Brownies -“fácil” me dije.

Era la primera vez que hacía brownies con receta y no de caja, como en los pasteles de caja solo le agrego el aceite y los meto al horno. Esta vez no, medí la harina, conté las yemas de huevo todo el kit. Fue bastante sencillo, el secreto está en batir varios minutos con la batidora eléctrica la mantequilla, que quede esponjosa, cremosa. Como siempre le batallé al derretir el chocolate. Eso de los baños marías no mas no me van. Pero con la llama baja y con un traste resistente que no se reviente con la temperatura elevada.
Y como siempre me quemé y deje mucho tiempo los brownies en el horno, se quemaron también.

Llegue orgullosa con mi plato festivo lleno de brownies en forma de pirámide uno encima del otro. Una orgía de chocolate y nuez. Orgullosamente deje el plato en el comedor, la hora del postre estaba por llegar. Y yo recibiría los halagos, los comentarios de sorpresa de: “¿Cómo los hiciste?”, “¿Por qué te salen tan ricos?” Blah Blah Blah, “Eres un genio” “Uun master en la cocina” etc. Vivo para esos momentos, es mi única alegría en esta vida. Necesito que constantemente me digan que esta delicioso o si no me siento. Soy muy sentida, muy sentida, soy una delicada flor.

Jajaja Jijiji, todo iba muy bien, yo le estaba dando la espalda a la mesa del comedor, pero algo me hizo voltear y ahí fue cuando lo vi. Pepito sobre la mesa con el hocico pegado a mi plato.


-¡Agh! ¡Cristinaaaaa, Pepito se está comiendo los brownies! ¡Cristina noooooo!- con el brazo dramáticamente extendido, como si rayos pudieran disparar de mi mano.

Salió Cristina disparada, ligera como una pluma, se lanzó al comedor a bajar a Pepito de la mesa. Este por supuesto no entendía la conmoción, con un brownie todavía en el hocico su expresión parecía decir: ¿Qué paso? ¿Cuál es el problema aquí? ¡Tengo ganas de un brownie! ¿Qué te pasa? Esta es Mi casa.

Una anécdota más sobre Pepito González Madín para el repertorio de Cristina. Dijo estar apenada pero en sus ojos pude ver el orgullo y el increíble amor por la travesura de su mascota. Jamás entenderé esas relaciones entre amo y perro. Pero les aseguro que es la última vez que pongo un platillo sobre esa mesa.


Brownies

Ingredientes
18 cucharadas de mantequilla (2 barras, más 2 cucharadas)
12 onzas de chispas de chocolate
½ taza de harina blanca
1 cucharadita de polvo de hornear
3 huevos
1 ¼ de taza de azúcar morena clara
1 ¾ de taza de nueces, cortadas en pedazos

Modo de prepararse
1. El horno a 325 grados. No hay otra palabra: embarra una charola (7” x 11 ½”) con mantequilla, después con papel encerado cubre la charola y de nuevo embarra todo con mantequilla. Con esto no hay pierde. Dejar a un lado.

2. Combina mantequilla y chocolate y derrite en baño maría. Se aleja de la lumbre y se deja enfriar. En un bol cernir la harina y el polvo de hornear, dejar a un lado.

3. En otro bol con la batidora eléctrica batir huevos hasta que la mezcla cremosos y espesa, como 5 minutos. Gradualmente incluir la azúcar. Continúa batiendo la mezcla de los huevos y azúcar hasta que se vea espesa, con la consistencia de un mousse. Después alternando entre chocolate y harina se empiezan a incorporar a la mezcla. No batir mucho, solo lo suficiente para que se vayan incorporando los ingredientes. Con una espátula se agregan las nueces.

4. Vaciar la masa en la charola y se deja en el horno entre 40 y 45 minutos. La consistencia debe ser tipo pastel, con el centro blandito.

5. Se dejan enfriar. Se puede sacar de las orillas del papel encerado y cortar en recuadros.
Se acomodan en un plato y se le sirven a Pepito.