miércoles, 10 de junio de 2009

Y le seguimos con el blog... Tiramisú

Me preguntaba que porque no había escrito nada últimamente, prometí tener algo listo para el lunes, y por lo visto no tengo palabra. Ha pasado el lunes, martes, miércoles y nada. Pero ahora ya, aquí está listo el siguiente blog. La pregunta es:
¿Qué he hecho todo este tiempo?

Domingo 17 de mayo
Despierto 12:00 pm

¿Por qué tengo una copa de Martini rota en mi bolsa? Ayer salí por un café pero la noche acabó con martinis y canto desafinado con el trovador Alejandro Palacios en el Caffe Solé, si lo recuerdo bien la gente volteaba a vernos constantemente así que supongo que nuestra conversación o canto estaba muy fuerte. Memoria confusa, mirada nublada.

Sábado 30 de mayo
Despierto 6:00 am
Boda familiar. Me la he pasado haciendo mandados y dieta para el magno evento. En 1 hora llega el estilista para la peinada y pintada, que emoción ha valido la pena eliminar el pan y se refleja en mi vestido, una talla mas chica de lo que acostumbro. Fabuloso.

8:00 am
Voy al closet del pasillo y ahí frente a mi hay un vestido igualito al mío! Con mi peinado listo y mi nueva cara montada, me dirijo a cambiarme. Para mi gusto, el look que me dio el peinador es muy aseñorado, pero yo también pues, me creo joven no quiero entender que ya soy una señora. Doña Magda. Pero bueno, volviendo a lo importante, una de las amigas de la novia se fue a vestir a la casa y ¡tiene un vestido igual al mío!, pero su vestido a diferencia del mío, es talla 4. Muerte súbita. Volaron los pasadores al azotar al piso. La cantidad industrial de espray de pelo evito que me despeinara. Qué suerte la mía, levantarme con el chongo en su lugar, igual de inmóvil que mi jeta.

Domingo 31 de mayo
Despierto 10:00 am
En busca de un gato. La soledad me invade, depresión, ansiedad, he decidido aceptar mi vida de cotorra. Para eso necesito un gato y una bata floreada, chanclas. Los que no están planeando su boda se van a vivir juntos aunque no lo admitan en público y le llamen a la novia “una amiga”. Yo ni siquiera tengo alguien que me niegue enfrente de los amigos. En la boda me saco a bailar mi primito de 14 años y un viejillo borracho, chaparro que preguntaba mientras me rociaba la cara de saliva ¿Por qué una mujer tan guapa no se ha casado? Bueno, por lo menos me dijo guapa y me traía bien aperingada de la cintura. Hace mucho que no tenía tanta acción.

Cabe mencionar que mi primito es famoso en mi círculo de amigos por sus comentarios: “Quiero esos zapatos, los de barbie con lentejuelas” Oh Dios. “Quiero una bufanda de plumas moradas” Oh Dios, quiere una boa. “Mira mis lentes de sol, ¡soy niña! ¡soy niña!" Bendito. Ahora que ya es adolescente ya es más discreto, y ya tiene buen gusto, digo, ¡me saco a bailar! Le encanta bailar… por supuesto.

Tiramisú

Regreso con mi primer amor: El postre. Siempre me hace sentir mejor, nunca me deja abajo. Al llegar al depa tenía antojo de algo dulce y ahí estaba, solito en el refrigerador, esperándome, Tiramisú , el postre italiano que hice por primera vez hace unos días. Los últimos vestigios de licor que permanecían en mi cuerpo puede que hayan nublado mi juicio o puede ser que mi lengua aún estaba paralizada por la combinación Margaritas/kahlua, pero me supo muy rico. ¡Mejor que cualquier restaurante!, ¡mejor que cualquier chef!

Decidí hacer Tiramisú porque tenía un queso mascapone esperando ser usado y la verdad pensé que iba ser fácil, hasta que tuve que comprar los bizcochos de soletilla o bocados de dama, como le quieran llamar. Me pasaron el tip que el único lugar donde los vendían era en la Comercial Mexicana, y es toda una experiencia ir ahí, encuentras tooodo, tinas de baño a un lado de las botanas, cortinas para la sala, libros, cd’s, trastes ¡uy! enorme ese mercado.

Con mi caja de soletas en mano y una vez que encontré la salida en ese laberinto me fui decidida a intentar hacer uno de los postres mas malos que he probado. La verdad es que nunca me ha tocado uno que valga la pena o será que mis numerosos viajes a San Ysidro, California no me han dado mucho mundo que digamos. El resultado fue un postre cremoso y los bizcochos bañados en café contrastan muy bien con el frio del queso dulce. ¡Este si me supo muy rico!

En lugar de prepararlo en un recipiente como pastel, se hizo en vasos individuales, no siempre se pudo más de una capa pero ahí se fue calculando.

Ingredientes
½ taza de espresso a temperatura ambiente
2 cucharadas de ron oscuro (quibo quibo)
1 cucharada de cognac
2 huevos grandes separados
Una pizca de sal
7 cucharadas de azúcar
1 taza de mascarpone
12 bocados de dama o bizcochos de soletillas
Polvo de cocoa sin azúcar

Modo de prepararse
1. Mezcla espresso, ron y cognac. Debe saber fuerte a licor y si no, agrega mas licor hasta que este fuerte, el sabor se va suavizar con los demás ingredientes.

2. En un bol batir a mano o con una batidora eléctrica, las claras de huevo con una pizca de sal hasta que este duro, agrega la mitad de la azúcar hasta que se endurezca. Aparta la mezcla en un bol chico.


3. En el mismo bol que se uso para las claras de huevo batir ahora las yemas con el resto de la azúcar hasta que endurezca y se haga un color claro, como 3 minutos. A mano, integrar el queso mascarpone con una espátula hasta quitar los grumos.

4. Incorpora la mitad de las claras de huevo, después la otra mitad hasta que esté muy bien incorporado todo.

5. Servir una cucharada generosa de la crema de mascarpone en cada vaso.

6. Sumergir cada soleta o bocado de dama en el espresso con licor por unos 5 o 10 segundos, o hasta que absorban el líquido. Rompe en dos la soletta para que se pueda colocar bien en el vaso después cubre con la crema de queso mascarpone en cada vaso.

7. Es una capa de crema, dos solettas, una capa de crema, dos solettas, crema y se mete al refrigerador por 4 horas pero de preferencia todo la noche. Se cubre de cocoa antes de servir.