miércoles, 28 de enero de 2009

Enchiladas Potosinas

Esta semana no cocine sólo me dedique a comer. Y quiero decirles que tienen que ir al “Real del Potosí”, en la Zona Río, es uno de los secretos mejor guardados de Tijuana. Es urgente que esta semana vayan a probar las Enchiladas Potosinas. Le voy a dar un “copy-paste” a la nota que escribí en la revista La Guía, sobre el lugar ¿sale? ¡No es chapuza! ¡No es flojera! es el deseo de compartir este restaurante con ustedes.

Con las Enchiladas Potosinas todo empieza con la masa, que poco a poco se va enchilando con una salsa de chiles secos, cascabel -que es un chile picosito- y chile California. Ya que sale enchiladita la masa se hace tortillitas que se colocan en el comal para rellenarse de queso (traído de San Luis Potosí) con chiles y tomatillo. De ahí sólo queda doblar y presionar las orillas para cerrar la enchilada… y a servirlas. La orden incluye cinco enchiladas, con un poco de cebolla picada, crema agria y rebanadas de aguacate, acompañado el platillo de frijoles negros refritos. La comida tiene un sabor a casa, ya sea la abuela o la de aquella tía que siempre fue buenísima para cocinar.

Para llegar esta muy fácil, aunque unos rufianes ya arrancaron el letrero con el nombre de la calle, pero esta en la Zona Río, Paseo de los Héroes, sobre la calle de Misión de Loreto, esquina con Misión de San Ignacio. O sea, si vienen de La Mesa, se bajan al Paseo de los Héroes, pasan la prepa Lázaro Cárdenas y la calle justo antes de llegar a las Carnitas Quiroga dan vuelta a la derecha y esa es la calle Misión de Loreto. Es un edificio amarillo tipo europea y una lona que anuncia el lugar no se da anotar estoy segura que ni la van a ver, mejor busquen el edificio. Lo van a ver un poco muerto pero la gente del restaurante es muy amable (a veces demás) ustedes le pasan sin miedo, van a comer muy rico.
Está cerrado los domingos y las enchiladas potosinas fue una grata sorpresa para mí, me platican si van.
¡Buen provecho!

domingo, 25 de enero de 2009

Flan


Mi propósito para el 2008 era aprender a cocinar, lo que paso fue que me acerque a la estufa (ya la se prender) pero no aprendí a cocinar. Necesito una receta como guía porque si no estoy perdida y todavía me friquea tocar un pollo crudo, todo frío y húmedo con el pellejo… ¡eeek!
Para el 2009, mi propósito es aprender las recetas de mi mamá. Aquí menciono que mi mamá no es de esas señoras con un repertorio de platillos mexicanos que te inspiran a regalar tu primer nacido por saber el ingrediente secreto. No es una cocinera con sazón, toda mi niñez fue pasada frente a comidas como: arroz blanco con pollo al horno, el postre era gelatina de fresa, la sencilla en agua, era un día especial si hacía fresas con crema. Casi nos volvíamos locos, ¿fresas con crema? ¿En serio? Ahhh.
No es Tita de Agua para chocolate, pero si tiene uno que otro platillo que trae buenos recuerdos. El Flan es uno de ellos, siempre siempre queda increíble, no tiene competencia, hasta la fecha no hay nadie que lo haga tan rico como ella. Aunque ya que vean los ingredientes se van a preguntar ¿cómo es posible no caer en un coma diabético? Porque ¡ay amá! Las latas de La lechera lo hace cremoso y las tazas de azúcar lo hace dulce y lo huevos pues nomás están ahí para completar la dosis de veneno.
Y sí, como todo lo que decido hacer, está bastante fácil pero con este postre la gente se queda impresionada, no hay nada como la idea de un flan para ponerse de buen humor y si lo que se promete se cumple pues no compa, no hay más que decir. Hay dos pasos muy importantes: el baño maría, el tiempo lo es todo en esta vida compas y al caramelizar la azúcar antes de vaciar la mezcla de la leche. La azúcar se me quemo un poco y depende del tiempo en que se caramelice la azúcar es la intensidad del sabor del caramelo. Fue un sabor más fuerte, más oscuro pero rico, ya que tenga mas práctica veré como lo prefiero.
Y ¿cómo salió?, ¡utz! In-cre-i-ble. Te sientas a disfrutar del Flan, llevas la cuchara a la boca y empiezas a sentir lo intenso del caramelo, después lo cremoso de la textura y no te das cuenta que con la mano libre estas dando de palmadas a la mesa y “Ohmygod” con cada golpe. Y de repente rompe tu corazón en canto “El amooor…”
Así de bueno esta.

Necesito salir y conocer gente, que triste que este sea el mayor placer que tengo. Ayúdame Señor.


Flan

Ingredientes
1 lata de lechera grande 397g
1 lata de lechera chica 100g
1 lata de leche evaporada grande 378g
3 huevos
1 cucharadita de vainilla
¼ de taza de azúcar granulada

Modo de prepararse
1. Caramelizar la azúcar a fuego lento; Se va extendiendo la azúcar hacia los lados de las paredes del recipiente (como de unos 4 cuartos + o -), casi llegando a la mitad de alto. Tienes que estar al pendiente meneando la azúcar y viendo bien el color, lo ideal es un amarillo dorado. Si quieres un sabor mas fuerte deja que la azúcar se haga oro oscuro.
2. En un bol se mezclan a mano las leches, vainilla y los huevos, con la licuadora se hacen grumos, es mejor a mano. Se hace a un lado.
3. Se prepara el baño maría; llenando de agua la olla unos ¾; para que tenga una base el recipiente le puedes poner como lo hice yo, un molde de pie de aluminio, lo pones de cabeza en el fondo de la olla y encima colocas el recipiente.
4. En el recipiente donde se caramelizo la azúcar se vacía la mezcla de las leches y huevo y se tapa con papel aluminio y se coloca una liga para asegurarnos que no va entrar agua del baño maría.
5. Ya colocado el recipiente en el baño maría se tapa la olla y a fuego alto hasta que se escuche que el agua esta hirviendo con fuerzas, después se deja 30 minutos a fuego lento. Y ya está, se deja un buen rato tal y como está en la olla, para poder sacarlo ya frío y sin temor de que se desbarate por lo caliente.

viernes, 9 de enero de 2009

Galletas de Avena


Esta Navidad me di cuenta de una cosa: La actitud lo es todo.
Antes de Navidad limpié mi depa, hice a un lado todos los muebles, barrí y le di una buena aspirada a los tapetes.
Después de navidad me pesé, temerosa del resultado, una dieta basada en galletas y licor no puede ser buena. Me subo a la báscula y veo que peso 10 libras menos, ¡superbien! Ya decía yo, una o dos galletas no afecta a nadie y vodka es en realidad diurético.
Pues… me sentía fabulosa, andaba como libélula! ¡Ligerita! Me veía en el espejo y me decía: “Aja, claro, es notorio, ahora veo esas libras de menos”. Casi me guiñaba el ojo y me decía yo solita “baby”.
¡Por Dios físicamente me sentía con 10 libras menos! La ropa me quedaba floja, mi mente entendía que había bajado 10 libras y mi cuerpo inmediatamente lo sintió y mi actitud cambio.
Dos día después veo que la báscula no está en cero, está en -10 algo así, oh no…. arreglo la báscula y me vuelvo a subir, imagínense la escena: yo arriba de la báscula con una cara de pocos amigos al ver el verdadero peso, casi pude oír el pop del botón del levi’s. ¡Ratas!
¡No había bajado de peso! ¡Había subido!
Mi mente se dio cuenta de esto. Mi cuerpo inmediatamente lo sintió. Mi actitud cambio.

Punto y aparte.
La mejor manera de ponerte en la onda navideña es hornear galletas, pones la música a todo volumen y abres la botella de champaña. Y listo, al rato estás taaaan contenta que se te olvida lo que está en el horno. Hubo como 4 charola que eché a perder porque deje las galletas de avena mucho tiempo en el horno. Para que queden blanditas es mejor dejarlas unos 12 minutos en lugar de 15 como lo hice sin querer.
Con una receta se hacen de 3 a 4 docenas, rinden muy bien y son ideal para regalar. (Aunque Lili se comió las galletas que le correspondían a su esposo ¿dónde quedó el amor?)
El chiste de estas galletas es la batidas de la azúcar con a mantequilla, o eso digo yo, porque antes yo echaba todo al mismo tiempo en una olla grandota y órale. Ya siendo un poco mas decente, me puse a leer la receta y vi que primero se bate la mantequilla con la azúcar y después se empieza a incorporar los ingredientes secos. Esto hace la diferencia y suena muy lógico pero antes yo ni en cuenta.
También creo que es importante comprar una avena de buena calidad, yo compro la Quaker Oats Old Fashion, y me ha dado muy buenos resultados. Es ahí donde encontré la receta, en la tapadera viene, no tienen chiste estas galletas. Todo está en las medidas y en los ingredientes, ah sí y en la batida de la mantequilla. La mejor mantequilla que se pueden encontrar, un amigo me dijo que las hace con manteca y pues discúlpame pero eso no me suena muy bien.

Galletas de avena

Ingredientes
2 barras de mantequilla, se dejan fuera del refrigerador unas horas para que este blanda
1 taza de azúcar morena
½ taza de azúcar granulada
2 huevos
1 cucharita de vainilla
1 ½ tazas de harina blanca
1 cucharita de baking soda
1 cucharadita de canela molida
½ cucharadita de sal
3 tazas de avena cruda, no la hagan y luego la quieran meter a la masa!

Optional
1 taza de arándanos (no me gustan las pasas pero me encanta la acidez de los arándanos)
1 taza de nueces picadas

Modo de prepararse

1. Se prende el horno a 350 grados
2. Se mezcla la mantequilla, azúcar morena, azúcar granulada hasta que este cremoso. Yo no tengo esas batidoras “fancis” así que meto las manos y le doy con fuerza. O pásense unas horas meneándole con la cuchara. Adelante.
3. Se agregan huevos, vainilla. Se mezcla bien.
4. Se agrega harina, baking soda, canela y sal. Se revuelve bien.
5. Se incorpora la avena. También las nueces y arándanos si se decide usar.Se revuelve bien.
6. Se deja caer cucharaditas de masa en una charola (untada previamente con mantequilla) con suficiente espacio entre ellas porque tienden a expenderse.
7. Se dejan en el horno de 10 a 12 minutos o hasta que estén color dorado arriba.